Los gatitos nacen con los ojos cerrados y comienzan a abrirlos hacia
los ocho días de vida. Aun con los ojos cerrados pueden padecer en ellos
infecciones. En estos casos veremos uno o los dos ojos hinchados.
Si presionamos con suavidad puede salir pus que, al secar, formará
costras que debemos limpiar con una gasa o algodón humedecido en suero
fisiológico o agua tibia. Es muy importante acudir al veterinario para
que la infección, habitualmente provocada por herpesvirus,
no dañe el ojo. Se va a necesitar tratamiento antibiótico que habrá que
aplicar separando suavemente los párpados, mientras el ojo no se abra
completamente. Así mismo, debemos extremar la higiene, ya que es una
afección muy contagiosa.
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